Este artículo, con algunos ajustes, se publicó el jueves 6 de abril en el Diario de Sevilla
Todos los amantes del cómic en particular, y de la cultura en general, debemos estar de enhorabuena, el pasado martes 4 se presentaba en el Congreso de los Diputados una proposición que instaba al gobierno a crear, a través del Ministerio de Cultura, un Premio Nacional de la Historieta. Además se instó a todos los grupos a seguir profundizando en esta línea mediante la creación de una Comisión Parlamentaria que ofrezca iniciativas legislativas de apoyo al sector del cómic.
Con esta propuesta se comienza a hacer justicia a un medio cultural de primer nivel que ha estado, incompresiblemente, lejos del interés de las instituciones culturales. El cómic no es sólo una de las bases sobre la que se sustenta la cultura popular de este país, es además uno de los medios artísticos más relevantes del actual panorama del arte español, una de las artes más vanguardistas, atrevidas y también necesarias. Autores de la talla de Max, de Miguel Ángel Martín o de Ágreda han dado al cómic español un enorme protagonismo y reconocimiento a nivel internacional. Y autores como Vázquez, Ibáñez o Victor Mora han marcado buena parte de la memoria colectiva de varias generaciones de españoles. Se mire por donde se mire, la historieta es parte básica de la cultura española contemporánea.
Desgraciadamente esto no ha tenido una traducción real, valida y consistente en lo que a apoyo institucional se refiere. Al menos hasta ahora. Si nos centramos en Andalucía, menos de media docena de Instituciones, sumando las públicas y las privadas, han prestado atención al cómic de manera seria. El Instituto Andaluz de la Juventud, la Obra Social de la Caja San Fernando, las Diputaciones de Sevilla y Granada y el Grupo Joly son las que más se han preocupado por la historieta en nuestra comunidad durante los últimos años. A nivel estatal el panorama no es mucho más amplio. Esto es lo que debe cambiar, tanto en España como en Andalucía.
La propuesta aprobada por la Cámara Baja debe suponer un antes y un después para todo el sector. Además ha de recalcarse que durante el debate se instó a las Comunidades Autónomas a sumarse a esta iniciativa y aprobar medidas propias de apoyo a los autores, editores y profesionales locales. Todo esto ha de traducirse en medidas concretas que busquen dinamizar artística y económicamente el sector. Han de crearse ayudas a los autores nóveles y a los editores que les publiquen, ha de fomentarse el consumo del cómic español, ha de incluirse a la historieta en las medidas de fomento de la lectura, especialmente ha de potenciarse la recuperación de las obras clásicas de la historieta patria y ha de hacerse un gran esfuerzo en recuperar las páginas originales de, al menos, los autores más importantes que ayude a paliar el vergonzante expolio que está sufriendo el patrimonio español en este medio. Son cientos los originales que se destruyen o desparecen cada año, e incluso se está perdiendo la obra impresa, es decir, se está perdiendo buena parte de la memoria social del país.
En lo que a Andalucía se refiere, el futuro debería contemplar como la Consejería de Cultura y las corporaciones municipales, principalmente, se involucran de manera decidida y continuada en las políticas de apoyo al cómic ayudando a fortalecer el sector en la Comunidad, tanto desde el punto de vista artístico como editorial, para así, entre todos, colocar al cómic en el lugar que merece, el lugar hacia donde camina ahora mismo.
Ahora queda por ver como se diseña el premio, o los premios, por parte del Ministerio de Cultura. También resultará básico para el futuro de la nueva política cultural en torno al cómic como se gestione la comisión parlamentaria que proponga las medidas que definirá las acciones del ministerio. Y para esto será básico ver las personas e instituciones a las que recurrirán tanto los grupos parlamentarios como el propio ministerio.
La satisfacción debe ahora dar paso al trabajo.
Paco Cerrejón
Con esta propuesta se comienza a hacer justicia a un medio cultural de primer nivel que ha estado, incompresiblemente, lejos del interés de las instituciones culturales. El cómic no es sólo una de las bases sobre la que se sustenta la cultura popular de este país, es además uno de los medios artísticos más relevantes del actual panorama del arte español, una de las artes más vanguardistas, atrevidas y también necesarias. Autores de la talla de Max, de Miguel Ángel Martín o de Ágreda han dado al cómic español un enorme protagonismo y reconocimiento a nivel internacional. Y autores como Vázquez, Ibáñez o Victor Mora han marcado buena parte de la memoria colectiva de varias generaciones de españoles. Se mire por donde se mire, la historieta es parte básica de la cultura española contemporánea.
Desgraciadamente esto no ha tenido una traducción real, valida y consistente en lo que a apoyo institucional se refiere. Al menos hasta ahora. Si nos centramos en Andalucía, menos de media docena de Instituciones, sumando las públicas y las privadas, han prestado atención al cómic de manera seria. El Instituto Andaluz de la Juventud, la Obra Social de la Caja San Fernando, las Diputaciones de Sevilla y Granada y el Grupo Joly son las que más se han preocupado por la historieta en nuestra comunidad durante los últimos años. A nivel estatal el panorama no es mucho más amplio. Esto es lo que debe cambiar, tanto en España como en Andalucía.
La propuesta aprobada por la Cámara Baja debe suponer un antes y un después para todo el sector. Además ha de recalcarse que durante el debate se instó a las Comunidades Autónomas a sumarse a esta iniciativa y aprobar medidas propias de apoyo a los autores, editores y profesionales locales. Todo esto ha de traducirse en medidas concretas que busquen dinamizar artística y económicamente el sector. Han de crearse ayudas a los autores nóveles y a los editores que les publiquen, ha de fomentarse el consumo del cómic español, ha de incluirse a la historieta en las medidas de fomento de la lectura, especialmente ha de potenciarse la recuperación de las obras clásicas de la historieta patria y ha de hacerse un gran esfuerzo en recuperar las páginas originales de, al menos, los autores más importantes que ayude a paliar el vergonzante expolio que está sufriendo el patrimonio español en este medio. Son cientos los originales que se destruyen o desparecen cada año, e incluso se está perdiendo la obra impresa, es decir, se está perdiendo buena parte de la memoria social del país.
En lo que a Andalucía se refiere, el futuro debería contemplar como la Consejería de Cultura y las corporaciones municipales, principalmente, se involucran de manera decidida y continuada en las políticas de apoyo al cómic ayudando a fortalecer el sector en la Comunidad, tanto desde el punto de vista artístico como editorial, para así, entre todos, colocar al cómic en el lugar que merece, el lugar hacia donde camina ahora mismo.
Ahora queda por ver como se diseña el premio, o los premios, por parte del Ministerio de Cultura. También resultará básico para el futuro de la nueva política cultural en torno al cómic como se gestione la comisión parlamentaria que proponga las medidas que definirá las acciones del ministerio. Y para esto será básico ver las personas e instituciones a las que recurrirán tanto los grupos parlamentarios como el propio ministerio.
La satisfacción debe ahora dar paso al trabajo.
Paco Cerrejón
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